Tengo mil y un defectos, que contrasto con alguna que otra cualidad. Tengo mil y un defectos, y soy perfectamente consciente de ellos. No necesito que nadie me los recuerde. Sé que es una frase hecha, pero como amiga tengo algunos fallos, pero como enemiga soy perfecta. Tengo catorce años, y ya me han dicho innumerables veces que, a judgar por mi actitud, o mi manera de expresarme, parezco mucho más madura. Pero claro, eso cambia cuando oyen mi voz. Detesto muchas cosas. Sí, las detesto, o les tengo cierto asco. Pero no odio. Puede que alguna vez haya dicho ese verbo utilizándolo en primera persona, pero no es verdad, no sirvo para odiar. No sé hacer eso. A lo que iba, detesto miles de cosas y tipos de personas. Detesto las mesas de instituto que no tienen para apoyar los pies, las onceañeras con un 'amor de su vida' por semana, los anuncios, las chicas pavas que a la mínima pegan a un chico para hacer la gracia, o incluso cuando las tocas, gritan. Detesto madrugar, el flamenco, el queso, la corteza del pan Bimbo, a aquellas personas que no tienen personalidad; que siguen modas. No me gusta el heavy, la ropa a lo emo y las sandalias con calcetines debajo me horrorizan. No soporto a la gente que no da la cara, a aquellos que critican a una persona tras una pantalla, y que además, está muy por encima de ellos. Tengo mil y una rarezas, que a día de hoy, aún estoy descubriendo. Tengo muchos defectos, lo sé, lo admito. En ocasiones intento remediarlos. En otras, no puedo. Se ve que son defecto de fábrica: A veces soy un tanto bipolar, un día me gusta algo, al día siguiente no. Tengo muy mala ostia, y muy poca paciencia; es una combinación muy mala, lo sé. Soy muy... ¿Cómo diría yo? ¿Cabrona? ¿Hija puta? Sí, quizás sea eso. No respeto a todos y a todo, pero es algo de lo que estoy segura, que no voy a cambiar. Respetar a alguien que me suda la entrepierna, nunca me lo han enseñado. Soy cabezota, mucho... Demasiado. Soy muy muy vaga, y tengo una memoria de mieeeeeeerda, de eso se encarga mi madre de recordármelo día tras día. ¿Muchos? Lo sé, lo sé, soy horrible, no sé como puedo convivir conmiga misma sin haberme matado ya. Pero en toda cosa o persona, hay pros y contras:
Soy muy fiel, en todos los aspectos. Me considero (y me consideran) muy buena amiga, siempre estoy ahí cuando un amigo me necesita. No soy nada rencorsa, perdono y olvido, es algo que la gente debería aprender a hacer. Sé pedir disculpas cuando me equivoco, sé reconocer mi error. Soy muy muy muy cariñosa, irónico, ¿Verdad? Con lo hija puta que soy, y resulta que soy cariñosa. Pues sí, la verdad es que sí. Soy muy detallista, y hasta buena persona, con aquella gente que se lo merece, claro. Sé escuchar. Soy muy positiva. Tengo una sonrisa en la cara casi todo el día. No me derrumbo con facilidad. No me tengo creído nada, NADA. Valoro mucho lo que tengo, estoy feliz por el simple hecho de vivir la vida que tengo, soy muy agradecida. Tengo más, supongo, o al menos me gusta pensar que tengo algo para disimular todos mis defectos. Me llamo Cristina Aybar Estela una chica de catorce años, con cientos de sueños que cumplir. Encantada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario